Aunque no cabe duda de que las pequeñas fiestas patronales de los pueblos se vivían antaño con más intensidad que hoy, estas romerías aún subsisten y muchas de ellas mantienen el impresionante esplendor de antaño.
Algunas de las más atractivas entre las que se mantienen pujantes en las aldeas podrían ser la de San Antón en Cuerres, en enero, San José en Sebreñu, en marzo, Nuestra Señora de Fátima en Toriellu, en mayo, San Antoniu en L'Alisal y Collera, en junio, la Feria del Quesu de Cuerres, en agosto, Nuestra Señora de la Asunción (la Velilla) en Meluerda, también en agosto, o Nuestra Señora de la Esperanza en Collera y San Miguel en Sardalla, en septiembre.
En casi todas se nota un resurgir de elementos folklóricos tan genuinos como el traje regional y la procesión con el ramu, el símbolo de la fiesta aldeana, que se subasta después de la misa. El “ramu” es una pirámide engalanada con laurel y roscos de pan que remite de forma elocuente a las antiguas ofrendas a la divinidad, asimiladas posteriormente por el cristianismo.
La Fiesta del Pez en Abeú, en julio, y en Tereñes, en agosto, se salen de cualquier patrón conocido.
En la villa se conservan con gran vitalidad las siguientes fiestas tradicionales:
- En febrero o marzo, el Carnaval, que ya a principios del siglo XX era famoso en toda Asturias. En la actualidad se celebra en una carpa colocada en la Plaza Nueva, en el centro del pueblo, y sus momentos más esperados son el concurso de disfraces y, al día siguiente, el juicio y entierro de la sardina.
- En Semana Santa es especialmente intenso en la villa el Viernes Santo, pues ese día, coincidiendo con la marea baja, se celebran en la playa de Santa Marina las espectaculares carreras de caballos. Por la noche tiene lugar la procesión del solemne Via Crucis con los pasos y cofradías saliendo de la Iglesia Parroquial.
- En junio, la noche de San Juan, es la fiesta de más reciente creación; aunque ya en el pasado se celebraba en los barrios de El Portiellu y La Cuesta. Hoy la fiesta consiste en una noche al raso en una zona verde sita en medio de la ría del Sella, donde se cocinan paellas y parrilladas, se bebe, se canta y se danza hasta el alba alrededor de una hoguera gigantesca.
- En julio, Nuestra Señora de Guía, patrona de los marineros. Una semana antes comienza una novena a la Virgen en la ermita de Guía, y la víspera de la fiesta se baja a la imagen en procesión, entre descargas de voladores y el ulular de la sirena de la rula, hasta la iglesia parroquial, acompañada por una banda de gaitas y cientos de personas ataviadas con traje de marineros y rederas, con parada en la explanada de la rula para el canto de la Salve Marinera, antes de depositarla en la Iglesia Parroquial. El día grande, a la hora que la marea lo permita, se la saca en procesión marítima por la bahía. La verbena se celebra junto a la rula.
También se celebran en este mes las jornadas Jazz en Ribadesella, cuyos conciertos, públicos y gratuitos, se celebran por la noche en la plaza de María Cristina.
- En agosto, el Descenso Internacional del Sella, que por su importancia merece capítulo aparte, y Santa Marina, que antaño se celebraba en la playa, pues allí estaba su ermita y hasta allí se iba en lancha, evocando las antiguas saleas. Actualmente se celebra de forma parecida a la de Guía, con procesión marítima y una verbena.
También se celebran en agosto los Conciertos de la Cuevona, de música clásica, que tienen lugar en el sorprendente auditorio natural de una cueva del macizo de Ardines.
- En septiembre, San Miguel en El Cobayu, un barrio obrero de la villa inaugurado en 1968. Es una fiesta que dura varios días e incluye una espicha popular, misa en la iglesia parroquial, procesión hasta el barrio y bailes regionales.
- En octubre la cita es con la bebida regional por excelencia, la Folixa de la Sidra reúne cada aña a cientos de adeptos con un programa de actividades que incluye concursos de gaiteros y de escanciadores, y el concurso de sidra casera y la preba popular, todo ello amenizado por actuaciones y conciertos de música tradicional.
Una manifestación folklórica más reciente es la Banda de Gaites, compuesta por un elevado número de gaiteros y percusionistas de la localidad. Ofrecen un soberbio espectáculo de música y estilo, y han llevado ya su arte más allá de nuestras fronteras.
© textos: José Antonio Silva Sastre y Oficina de Turismo de Ribadesella




